Natalia y Rafa se casaron el 2 de julio de 2.011 en la Basílica de Santa María de Alicante a las 20 horas. La celebración tuvo lugar en la finca Los Jardines de Abril; un conjunto armónico que data del siglo XVIII, muy elegante y con unos jardines capaces de cautivar a cualquiera. Un entorno perfecto para una boda de ensueño. Dos novios jóvenes reunieron a todos sus amigos, entre ellos muchos compañeros militares del novio, por lo que la boda tenía todos los ingredientes para garantizar diversión hasta las tantas de la madrugada y el recuerdo de una boda de ensueño…

En esas fechas en Alicante hace mucho calor, por eso los novios ofrecieron a los invitados unos pay pay de rafia trenzada de color natural que no sólo calmaron el calor de los allí presentes durante la misa, sino que además fueron el regalo perfecto para todas las invitadas.



La misa la ofició un párroco amigo de la familia del novio lo que hizo que la ceremonia fuese muy especial y cercana. Decenas de hortensias blancas adornaban la Basílica de Santa María, la más antigua de la ciudad, que se construyó entre los siglos XIV y XVI.  Rafael en el altar vestido con el uniforme de gala del ejército y acompañado por una espectacular madrina esperaba sereno y sonriente la entrada de la novia.

La novia con un traje diseñado por Manuel Espuch causó sensación por la originalidad de su vestido y por los detalles en rosa. Un traje dulce y romántico hecho a mano en seda de mikado y con la parte superior de plumeti y un original lazo zapatero como pasador para sujetar el pelo, que endulzaba aún más a la novia y le daba un aire de bailarina de ballet clásico.





Natalia entró en la iglesia del brazo de su padre y acompañada por todo un séquito de preciosos pajes. Las pequeñas de la familia iban ideales con trajes en color blanco y lazada y bailarinas rosa palo que llevaban la firma de Almudena Torres, una diseñadora alicantina que viste a los más pequeños con auténticas maravillas. Todas llevaban cestas de mimbre y rafia con pétalos de rosa dentro.




Y la salida de la iglesia: digna de una boda real. Los militares compañeros de Rafael empuñaron sus sables mientras el matrimonio recién casado sonreía recorriendo el tradicional pasillo de sables.


Pero si en la iglesia no se escapó ningún detalle, en la celebración posterior en Los Jardines de Abril fue aún mejor. La decoración de la finca corrió a cargo de la Floristería Domenech, velas por todas partes, candelabros de hierro forjado, jarrones, maceteros, capazos, cestas y baúles de rafia repletos de coloridas flores y frutas en todas las esquinas ofrecían un ambiente cálido y acogedor.



A las mesas tampoco les faltaba detalle: estaban decoradas con servilleteros de rafia de » Le Petit Atelier» ( de quién os hablaremos ampliamente en un post porque hacen auténticas maravillas) que daban un toque campestre, rústico y desenfadado. Pero, sin duda uno de los detalles que más gustó entre los invitados fueron los meseros que eran relatos históricos de batallas en las que España había participado. Una idea del novio que haciendo gala de su profesión, piloto de helicóptero del ejército español, se encargó personalmente de seleccionar las batallas, narrar las historias y hacer las ilustraciones.




El aperitivo y la posterior cena fue servido por el catering Juan XXII, que deleitó a los invitados con un exquisito codillo y otras muchas delicias.
Y después vinieron las copas, una de las partes más divertidas de cualquier boda. Para este momento los novios quisieron poner jarrones llenos de chucherías, una zona chill out para los más tranquilos, un photocall en el que los novios se hicieron divertidas fotos y videos durante toda la noche, ya que había una cámara de video en la que los invitados podían dejar sus mensajes a los novios y diferentes barras de cócteles donde varios barmans ofrecían desde ginebras maravillosamente preparadas hasta las bebidas más exóticas como mojitos o caipiriñas.

Y como el baile duró hasta el amanecer y había que reponer fuerzas los novios nos sorprendieron con: una estupenda paella, haciendo honor a nuestra tierra, una fondee de tres chocolates y frutas, y un carrito de helados decorado como los de antiguamente.
Ah! Y por si alguno acaba un poco perjudicado…también había solución. Estas divertidas tarjetas:





Nos gustaría seguir hablando de esta boda tan especial, pero es lunes y tenemos mucho trabajo por delante!!

Que tengáis un buen comienzo de semana y estad atentas que os traeremos el primer sorteo del blog de la mano de Bolfate.