De sobra sabéis nuestra afición, obsesión o locura (llamadlo como queráis) por las velas. Es que nos gustan siempre y para todo, nos pasa un poco como con las flores, es ver una vela y ¡amor a primera vista!
Durante nuestros años de colegio mayor, una de las cosas que nos encantaba hacer era ir a Ikea y llenar una bolsa ( o varias) de velas de vainilla, increíblemente baratas y de lo bien que huelen ya ni hablamos…  Nuestras madres, de quienes parece ser hemos heredado este amor duradero y eterno, son de las que las tienen todo el día encendidas en el salón ( de ahí que apreciemos lo económicas que son), por ello cada vez que volvemos a casa por navidad como el turrón y abrimos la puerta ¡ya sentimos su presencia!
Por ello todo lo que a alguna de nosotras se le ocurra hacer con velas tendrá, seguriiiisimo la aprobación de las demás.
Hoy os traemos un Diy sencillo no, sencilliiiisimo. Había que hacer un regalo para el amigo invisible. ¿ Presupuesto? 10 euros, ¿ condiciones? Handmade 100%.
Al abrir el papelito el nombre que salió fue ABUELA, así que las posibilidades eran infinitas ( cuando toca un primo, hermano, tío o padre es mucho más complicado, no valoran a las artemaniacas tanto como  nosotras).
¿Sabeis en que consistió el regalo no? ; )
Sólo necesitais: un vaso, palitos ( nosotras utilizamos los tallos que nos sobraron de una rosas que secamos para otro regalo navideño. Ya sabéis que aquí se recicla todo), una cuerda y una vela.
Primero atáis la cuerda, a no ser que queráis pegar los palos al vaso, pero como no era nuestro caso porque es preciosísimo y quizá algún día se le pueda dar otro uso, preferimos atarla para ir añadiendo los palitos y no se caigan por la tensión de la misma.
Una vez que colocamos los tallos, nos dimos cuenta de que nos faltaba casi todo el vaso por cubrir así que…
A la calle, jardín, o descampado a por las ramitas que se caen al suelo
¡ Y ya tenéis vuestra vela handmade!
Como os decimos, la nuestra fue un regalo por lo que sólo hicimos una, pero nos encanta para decorar la mesa en una cena especial, o las mesas del jardín…
¡Un beso y feliz miércoles!