Hoy dejamos la capital una vez más, para transportarnos a Avila, una gran desconocida que respira encanto por los cuatro costados. Y nos vamos allí, fundamentalmente para hablaros de un lugar genial para pasar un fin de semana a alejarse de los ruidos, del trabajo, de los agobios, de estres, del humo, de los coches, del móvil, del whats upp y de todo lo que no encaje con la palabra desconectar. Suena bien, eh?
Haced un huequecito en vuestra memoria, en vuestra libreta preferida de apuntes o donde querais, y añadid a la lista de deseos El Molino de los Gamusinos. Reune todos los requisitos necesarios para llevar a cabo el párrafo anterior, lo prometemos!
Su historia es preciosa. Es un antiguo molino de agua rehabilitado siguiendo los cánones de la arquitectura tradicional. Que tiene encanto no es algo que nosotras nos hayamos inventado, sólo hay que ver las fotos y saber que cuenta únicamente con 3 habitaciones para aumentar considerablemente las ganas, que decimos ganas, la necesidad de conocerlo.
Forja, barro, piedra, madera son tal solo algunos de los materiales que lo constituyen. Rodeados todos ellos de la naturaleza junto al río Voltoya.
Chimenea, zonas de lectura, ambiente cálido, acogedor… Ibamos a decir » como en casa» pero nos atrevemos a decir que a veces, incluso mejor que en casa.
Mmmmmmm ya tenemos ganas de volver…

Lo recomendamos absolutisimamente… es visita obligada para todos en algún momento de nuestra vida!!
Le dedicamos este post a nuestra querida amiga Natalia, de Los viajes de Lucas que sabemos que tiene muchas ganas de desconectar! ; )

Un beso a todos, y feliz fin de semana!!