Seguro que con este título a cada una se le viene algo a la cabeza. 
Algunas pensaran en esa sesión de fotos del futuro matrimonio de picnic, posados entre campos de espigas modo pasión de gavilanes o en un acantilado salpicados por las olas….
Otras pensaran en la fiesta que se hace el día antes de la boda, donde recibes a todos los invitados, donde se cultivan los «Hanovers» que más de uno hace el día después….

Pero la verdadera preboda, para la novia, es otra cosa. Es el día antes de ese día que llevas esperando taaaanto tiempo. Es un día de nervios, estres, alegría, emoción… no sabes si llorar o reir, si enfadarte o pasar de todo….. El día de la boda, al final, ya no tienes nada más que hacer que dejarte llevar y disfrutar al máximo, pero el día antes empiezas a pensar todo lo que te has olvidado, o todo lo que te gustaría haber hecho para lo que ya no tienes tiempo… Nuestro consejo es que te relajes:
Olvídate de meseros, flores…. Relájate ¡Ya está todo listo! 

Duerme mucho

 Tómate una (o dos) cañas con tus amigos

 Pasa un rato a solas con él

Manicura, pedicura y todas esas cosas de mujeres

 Ponte guapa y sal a cenar

No hablamos por hablar, el día antes es un día para relajarte y dedicarte a ti, ir la pelu, algún tratamiento, la manicura… y poco más, lo hecho, hecho está, recibe a los invitados que vengan de fuera pero sin agobiarte mucho, tomate una caña con tus amigas, no con los amigos de tus padres o primos lejanos, con tus amigas de verdad, las que no te estresan, recuérdale a tu novio todo lo que le quieres (el está igual de nervioso que tú) y duerme! Levántate a la hora que te apetezca, acuérdate de que el día antes ¡no tienes compromisos! Es un día para ti, es «tu jornada de reflexión»