Todo pasa. Hasta lo bueno. ¿Así que porque no aprovecharlo? Lo malo para aprender y lo bueno para sentir.

aprovéchalo

No hay una sonrisa más bonita que la de una novia, unos nervios mas palpables que los de el y unas lagrimas mas verdaderas que las de todos los que comparten ese día con ellos.

Organizar una boda es tela marinera, vivirla es otro cantar. De repente todo ha merecido la pena, todo. Hasta el ultimo mail con ese proveedor que te vuelve loca, pasando por tantas horas de búsqueda de inspiración y los chats que haces con tus amigas y familia para opinar sobre los posibles «sies» y los rotundos «noes». Eso es una boda.

Aprovéchalo. Las visitas con tu madre a la prueba del vestido, y tu suegra si también os acompaña. El capricho o caprichazo de zapatos que te vas a dar, que quizá no vuelvas a usarlos, (si ni siquiera eres de tacón), pero tu te dices a tu misma que con vaqueritos para salir a cenar un viernes vienen de perlas, y de tanto repetírtelo, hasta te lo crees. Aprovéchalo.

Aprovéchalo. Los ensayos con tu padre, con quien bailaras cuando las primeras copas estén servidas, los nervios que vives con el en ese momento, el beso que te da cuando todo pasa. Aprovéchalo.

Aprovéchalo. Los detalles para tus amigas, las cenas y largas noches en vela ojeando revistas sin parar, de cualquier país, de cualquier estilo, una no sabe donde va a encontrar la máxima inspiración, no sabe donde va a estar eso que ella sabia que tenia que estar, pero aun no había descubierto. Aprovéchalo.

Aprovéchalo. Ese ramo que alguien te manda, las reacciones cuando llegan las primeras invitaciones, la prueba de maquillaje y el masaje extra que te vas a dar porque tu lo vales. Aprovéchalo.

Aprovéchalo.Si el pone empeño en algo, si tiene un capricho bodil, si cuenta emocionado que os casáis, si te quiere tanto que le da miedo todo. Aprovéchalo.

Aprovéchalo. Si conoces a gente interesante gracias a tu boda, personas con proyectos bonitos que te encajan, para ese regalo, para ese detalle, para esas fotos, para ese lo que sea. Aprovecha el poder de tener cerca a gente que te aporta energía, y alejar a quien te la consume. Aprovéchalo.

Que la vida no son dos días, pero la boda dura poco. Y aunque de recuerdos no se vive, si que ayudan a tener, siempre, cientos de momentos felices. Aprovéchalos.