Ya sabéis que hace poco se casó una de nosotras y tenemos tantas cosas que contaros de esa boda que no sabemos por dónde empezar. Así que hemos decidido separar la boda en varias partes para contaros todos los detalles. 
El Ramo
Como en todas las boda del mundo siempre hay muchos contratiempos y el ramo fue uno de esos fallos de última hora. Lo encargamos en Madrid en una de las floristerias más famosas especializada en ramos de novia y la pobre Yane se vino cargando desde allí en avión con el ramo metido en agua. Pues después de todo el lio, no solo no eran las rosas que pedimos, si no que el tamaño era ridículo, menos mal que en Melilla tenemos a Raquel y a Rocío que nos solucionaron el problema en un segundo y el ramo quedó ideal. 
Las rosas que elegimos eran rosas Gracia ramificadas con hojitas de eucalipto.
Cuando piensas a quien darle el ramo, se te ocurren mil personas, tus hermanas, tus amigas, tu madre, tu prima, tu abuela, tu tía…. Pues Laura tenía claro que quería darselo a sus tres hermanas porque las tres son igual de importantes para ella así que no le quedó más remedio que dividirlo y al ritmo de la canción Color de Esperanza fue a darselo a Pilar, a Beti y Maribel que no se lo esperaban para nada. Fue uno de los momentos más bonitos del día.

Como también le hubiese gustado darselo a su madre y a su suegra, se le ocurrió hacerle a cada una el mismo ramo que llevaron el día de su boda. A su madre, rosas blancas con tul y a su suegra fresias blancas, porque en primavera no hay nardos.

Y como también le hubiese gustado darselo a todas sus amigas, Petite Mafalda hizo unos pequeños ramilletes de flores de papel, como los de las fiestas americanas y con la canción de Single Ladies, Laura fue  poniendo la pulserita una a una a todas sus amigas.

 Esperamos que os hayan gustado las primeras fotos que os hemos enseñado de un día muy señalado para Petite Mafalda.