Aunque algunas ya lo sabéis, nosotras somos de ciudades super diferentes, pero llevamos mas de 7 años queriéndonos gracias al cole mayor. Junto a nosotras, tenemos a Zaragoza, Cordoba, Bilbao, Las Palmas y Almeria.
Las echamos mucho de menos, y siempre que podemos aprovechamos para hacer escapaditas y juntarnos todas en Madrid para pasar unos días.
Pero lo echamos de menos todo… los domingos perezosos sin salir de casa, en zapatillas, dedicados a hablar de las aventuras de la noche anterior. Siempre hay algo interesante que contar, que cotillear. Con las resacas de unas y las lagrimas de otras, pero en pijama y zapatillas, comiendo pasta y dejando la cocina hecha un cristo

Echamos de menos las indecisiones que duraban meses, para elegir, entre todas, el vestido para una de nosotras que tenia la boda de su prima donde iba a estar la hermana de la amiga del primo de la novia de su exnovio, y claro, tenia que ir espectacular

Desde aquí lanzamos un aviso a la próxima que se case, porque si o si vamos a hacer esto para el sitting, nos ha encantado, y ahora que estamos todo el día dale que te dale a coronitas de flores y perchas decoradas, somos unas expertas, lo haremos con flores de tela para que te dure toda la vida. 

También echamos de menos las tardes de estudio, en caso de alguna las 24 horas, y de otras el día de antes, pero incluso eso lo hacíamos juntas y lo extrañamos taaaaanto

¿¿y  que decir de los desayunos resacosos? eso se nos había olvidado nombrarlo, esto de traérnoslos a la cama no lo manejábamos mucho, la verdad, pero esas reuniones mañaneras en la cocina eran mejor que el desayuno buffet del Palace, estamos seguras segurisimas.

¿Y la de veces que cambiábamos las habitaciones? los muebles, la decoración, las cortinas…. siempre estaba la manitas del grupo lista para cualquier apaño que lo mismo te plantaba una lampara como te montaba un perchero chulísimo encima de la mesa

Que no se ponga nadie celosa, que para la que se case segunda también hay premio, porque cuando su querido amorcito nos pregunte, le diremos que le regale un anillo tan chuli como este, nunca pensamos que una perla nos pudiera llegar a gustar tanto como en esta pieza
Y para terminar esta dosis de buenos recuerdos, ya pensamos en nuestra próxima quedada, a modo de fiesta de las gordas como las que siempre montábamos a pesar de que acabáramos con 20.000 desconocidos e casa, con móviles desaparecidos en extrañas circunstancias, la sangría del amor, y con una bronca de nuestra amiga la casera pero un hijo que se apuntaba a cualquiera de nuestros saraos.
Eso si, dejaremos descansar a la tarta de José Luis de limón, solo por esta vez, que esta que hemos encontrado¡ hay que probarla!

Pequeñas, os queremos decir dos cosas… la primera que os echamos de menos, y la segunda que empecéis a casaros que este año tenemos sequía en el equipo y eso no puede ser!

«Y al miraros siempre me acordare, de las noches en la 746, las historias de princesas, monjas y lobeznas…»

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