Si de algo podemos presumir en Petite Mafalda es del amor ciego e incondicional de nuestra familia y amigos. Hagamos lo que hagamos, siempre les va a parecer maravilloso, mucho amor y poca objetividad. Un día se nos ocurrió decir: todo eso lo queremos por escrito y de repente ¡we get an email! Pero ese email no iba dirigido a nosotras sino a vosotras así que nos hemos visto en la obligación de compartirlo con vosot@s:

Queridas señoritas, lectoras/amigas/seguidoras/fans de Petite Mafalda.

En primer lugar, permitanme que me presente, primo de una, marido de otra. Los que las conocen ya sabrán mi nombre, y los que no… tampoco importa. Porque yo soy ellas.

Mi familia representa lo que soy y lo que puedo llegar a ser, y mi media naranja la que da sentido a este partido. Por ella quiero hacerlo todo, por ella sé que siempre se puede ser mejor…persona. Para todas las que habéis visto Peter pan, ella es mi pensamiento alegre.

Creo que si alguien tiene derecho a colarse en este mundo de soñadoras con gusto, luchadoras con clase, y escribir unas líneas, soy yo.Y como amante de la venta, el marketing y la publicidad, ahí voy:
Ya habréis deducido, que a Petite la conocí por Mafalda. No me costó ni dos segundos enamorarme (algo más en conseguirla).

Así que empezaré vendiéndola a ella. Personalidad, inocencia y clase. Lo mejor de todo es que soy el dueño del mando de la tele. Siempre veo lo que quiero, y es que se tira hasta la una de la madrugada haciendo perchas, tocados, escribiendo posts, contestando emails, mandándose mensajes de voz con mi prima. En los rincones de mi salón solo hay botes de cola, alicates, alambres, telas… y mucho amor.

Aunque me cueste reconocerlo en público, ella pone los cuadros y monta los muebles. Me impresiona el orgullo y la clase con la que siempre se ha enfrentado a las adversidades, a este mundo le hace falta un poco más de petite.

Queda la otra parte, mas hermana prima que prima hermana. Desde pequeños hemos vivido las mismas cosas, y los dos nos hemos tenido que enfrentar a circunstancias parecidas, nada menos que enfrentarse a una infancia quizás demasiado agradable o idílica. Y darnos cuenta que siempre hay que luchar por algo, encontrar tu pasión y conseguir las cosas por uno mismo. Ella lo está consiguiendo, estoy orgulloso.
Si llegáis a conocerlas o a trabajar con ellas, os daréis cuenta de que las horas a su lado son minutos, y que pueden convertir vuestros momentos más especiales, en los momentos más inolvidables.
Además, son excepcionalmente NORMALES, uno de mejores halagos que se puede dar hoy en día.