Si nos leéis a menudo, ya sabréis (porque lo hemos dicho muchas veces) que, para que una boda salga bien, tiene que ser tu boda, una cosa natural, ¡la boda que siempre has soñado! y que hay muchos puntos del protocolo que puedes saltarte. Las bodas de hoy no son como las de antes, lo importante es disfrutar al máximo del día, sin preocuparse de si el novio espera fuera o dentro, si la invitación la mandan los padres o los novios o si agitar la servilleta es una paletada… son cosas que está bien tener en cuenta pero sin agobiarse. Sin embargo, hay una tradición/protocolo que nos encanta y os recomendamos que no seáis modernas y os la saltéis: que la novia abra el baile con su padre.

Es, sin duda, uno de los momentos más bonitos y con más sentido de toda la boda. Cuando llega ese momento, ya estás 100% relajada y solo piensas en pasártelo bien mientras tu padre piensa: mi niña ya se ha hecho mayor… aquí la tienes ¡cuidamela!

Probablemente tú no tengas ni idea de como se baila un vals, pero tu padre, un auténtico Señor, te cogerá por la cintura y te dará las vueltas con tanta elegancia que parecerá que naciste bailando. Esas imágenes quedarán para siempre en tu recuerdo y tu padre será sin duda ¡el hombre más feliz! 


Una vez metidas en materia, ¿por qué esperar al día del padre para darle las gracias por todo? Igual que no celebramos San Valentín, no necesitamos que sea 19 de Marzo para querer a nuestros padres, por esos hoy queremos darles las gracias.

Gracias Papá

Gracias papá por haberme enseñado todo lo que se, gracias por darme todo, incluso cuando no lo tienes, gracias por celebrar mis pequeños logros como si hubiese ganado un nobel, gracias por conseguirme los lenguados más grandes aunque los barcos no hayan salido a pescar, gracias por esos billetes que aparecen en mi cartera por arte de magia, gracias por apoyarme en todas mis decisiones, gracias por decirme no cuando ha sido necesario, gracias por tus chistes, gracias por organizar las mejores fiestas, gracias por preocuparte por nosotros 24h al día, gracias por hacer posible lo imposible, gracias por enseñarme que nunca tengo que hacer nada que me haga agachar la cabeza, gracias por transmitirme, con tu ejemplo, valores como el honor, la generosidad y la humildad, gracias ser el mejor apoyo en los momentos difíciles, gracias por dedicarnos tu vida entera sin esperar nada a cambio, gracias por hacer que mamá sea una princesa, gracias por la familia que nos has regalado, gracias por enseñarme que todo esfuerzo tiene su recompensa, gracias por enseñarnos a ver siempre el lado positivo, gracias por ser, siempre, tan auténtico, gracias por estar SIEMPRE ahí.

Este post está dedicado al mejor padre del mundo, si el tuyo es el segundo mejor padre, te animamos a que se lo digas, hoy, mañana y siempre.