No negamos que casarse en verano es, a priori, más sencillo. Menos problemas con el clima, la gente se mueve con más ganas y con cualquier trapito (a nada que hayas cogido un poco de color) te ves mona. Pero como hemos dicho muchas veces, el invierno tiene un encanto con el que es muy difícil competir.
Si nos casáramos mañana, el día de antes nos encontraríais con un jersey bien gordito, un vaquero y unas converse. Sin duda alguna el es uniforme preboda de noviembre.. Nos podéis encontrar así casi todos los días porque es un uniforme muy nuestro pero ese día más. No existe zapatilla mejor (bueno, las superga están también en lo mal alto del podio).
Lo del jersey gordito es importante, parece una bobada pero entre los nervios, saludar a mucha gente, estar en la calle, sonreír, esto y lo otro es más fácil de lo que pensamos coger un pequeño resfriado. Y es lo último que necesitamos.
Nuestro uniforme preboda de agosto,