Eramos de las que veíamos los desfiles desde casa, de las que poníamos los hashtags al día siguiente para ver las propuestas de cada diseñador y hacíamos pantallazo de los que creíamos, más nos gustaban. De los que pensábamos, tenían ese tejido que nos iba a llegar más profundo y quedarse en un huequecito de ese espacio llamado bodas que tanto ocupa en nuestra cabeza.
Pero los tiempos cambian y nosotras también, los gustos, las necesidades y la manera de valorar mas o menos cada cosa pasan por vivirlas, y cuanto más cerca, mejor.
Aún con la resaca de un día especial en Barcelona, repasamos mentalmente las distintas opciones que presentó ayer Rosa Clará, y cuando abrimos el correo para aterrizar un poquito en el día a día vemos que tenemos en la bandeja de entrada un wetransfer con todas las fotos de ayer. No nos dejan olvidar el desfile; y nosotras, tampoco queremos.
Además, coincidimos allí con Sara Frost, a la que teníamos un montón de ganas de abrazar, y nos envió también un montón de fotos del backstage, que son magia.
Cuando ves a una modelo detrás de otra, quieres hacer fotos, alguien levanta demasiado su camara y no te deja ver o captar el momento, y un flash bien potente «estropea » tu foto, te das cuenta de que estás ahí para otra cosa. Para ver como caen los tejidos, para valorar su movimiento, para descubrir los bolsillos de ese vestido o intentar averiguar que tejido será ese que parece un piqué pero como «más mono». Para repetir que las novias con coleta, molan, para corroborar que las perlas nunca pasan de moda y para vivir una autentica entrada de la novia al compás de Sia y su Cheap Thrills.
De cada uno te gusta algo. De este la tradición de su corte, de aquel el inconfundible sello de Rosa con el corte a la cadera, de este otro los lazos, que nunca faltan en su colección, de aquel de allí el corte aparentemente serio con la espalda de vértigo. Del que acabamos de ver la manera sutil de crear un vestido crop top sin dejar de ser una novia discreta, de este que viene ahora lo que nos recuerda a Rania de Jordania, y al pedazo de estilo que tiene. De el que creemos que viene por ahí su manga y la sensualidad de, como dirian los chicos de estopa, la tremenda «raja de su falda»… Pero si tenemos que elegir nos quedamos con todos y cada uno de los detalles que hacen que María elija un modelo y Cristina otro. Que Lucía llore cuando se ve dentro de este y que la madre de Carlota se emocione al ver cuanto le recuerda el tejido del vestido que se prueba su hija al que ella llevó en su boda…
Nos quedamos con lo que no se ve fácil, y sin embargo, no se va nunca.
Todas las imágenes son de Sara Frost.
Chicas, tengo un problema con la lectura de vuestro blog. La tipografía además de ser demasiado pequeña, me parece bastante ilegible… Tenía intención de leerme todo vuestro blog para mi boda, pero este detalle va a hacer que sea un suplicio… Por lo demás, felicidades por vuestro trabajo.