La historia de esta boda es, cuanto menos, curiosa. Hace un par de años, un amigo fue una boda y me apareció en facebook una foto de esa boda, una foto de la que a día de hoy seguimos enamoradas. Tardé un segundo en escribirle a mi amigo: Porfaaa preguntale a tu amiga si le importa que saquemos la boda en el blog (a él le sonó a chino lo que yo le estaba contando, pero lo hizo) y me dio la mala noticia de que iba a salir en otro blog (era tan ideal que obviamente se nos adelantaron)
Pues bueno, dos años después la amiga de una amiga saca una marca de zapatos para invitadas ideales, Fígara, y resulta que ¡la socia de la amiga de mi amiga es la novia ideal de la foto de mi amigo! jajaja Conclusión: los amigos de mis amigos son mis amigos. Y ahora que ya conocemos a Beatriz, teníamos que enseñaros su vestido porque dos años después, nos sigue encantando.
Beatriz no quería un vestido de novia al uso, quería un vestido de fiesta con el que se sintiese ella misma, tenía el diseño en su cabeza y Cristina y Ana de Valenzuela le ayudaron a hacerlo realidad.
El tocado, una maravilla de Carmen María Mayz a quien admiramos porque cada una de sus piezas son mágicas, como esta que hizo a medida para sujetar la mantilla de Beatriz.
Los zapatos los compró en una tienda de Madrid, Divisa, quería unos zapatos verdes botella y muy cómodos.
La mantilla es una antiguedad de la familia de la suegra de su prima, que se la presto encantada. El anillo de pedida lo eligió Álvaro en Vendome donde sus suegros luego compraron también la pulsera que Beatriz llevó el día de la boda.
El ramo con cartamus, eucalipto, safaris…. se lo hizo su amiga Ana Botella que hace unos ramos ideales y además fue quien presentó a los novios. La manicura azul marino es un sello de la personalidad de la novia que quiso llevar su manicura de diario también un día especial.
Los pajes ideales de Labubé, tanto niñas como niños con pantaloncito corto.
Esta es la foto que nos enamoró, una novia feliz, natural, con el pelo suelto, sin más sin complicaciones y un novio que la mira de reojo pensando: Chavales, ¡es mía! ¿Es o no es un fotón?
Alvaro y Beatriz celebraron el convite en el Castillo de Viñuelas, un clásico que no falla y para la discoteca contaron con Mickey Pavón, sin duda el mejor de los mejores.
Y hasta aquí podemos leer, lo que hiciesen luego los invitados con Mickey quedó entre las paredes del Castillo. (aunque sabemos, por los amigos de nuestros amigos, que lo dieron todo)
Espectacular!!! Cuánto derroche de perdónalo y estilo!!!!