Muchas de vosotras conoceréis el País Vasco. Probablemente hayáis estado en San Sebastián, puede que también en Bilbao, pero… ¿conocéis Vitoria? Si no habéis tenido la oportunidad, os vamos a dar unas cuantas razones para que lo hagáis. Para empezar un dato curioso: Vitoria es la capital de provincia que tiene el índice de zona verde más alto por habitante, un motivo, entre otros, que le ha permitido conseguir el título de European Green Capital 2012. Así que si vais a la capital vasca, no podéis dejar de visitar su anillo verde ya sea andando o en bicicleta porque si lo que os gusta es recorrer las ciudades sobre dos ruedas, estaréis en el sitio adecuado. El Ayuntamiento pone a disposición de los vitorianos y visitantes un servicio de préstamo gratuito de bicicletas, una opción que os recomendamos para explorar la ciudad.



¿Qué visitar?

En el recorrido por los zonas verdes, encontraréis el parque de Vitoria por excelencia: el parque de La Florida, un parque con un estilo igual al de los jardines franceses del siglo XIX donde encontraréis caminos escondidos en los que desconectar, vegetación de todo tipo (95 especies diferentes de árboles) y un espacio abierto en el que está el “kiosko de La Florida”, un templete desde donde una banda de música ameniza las tardes de verano, lo cual hace de este espacio, más mágico si cabe.


Desde aquí, en cinco minutos caminando llegáis al corazón de la ciudad: la plaza de la Virgen Blanca, coronada por la iglesia de San Miguel, un templo gótico-renacentista, al que se accede por una escalinata en cuya entrada se encuentra la Virgen Blanca, patrona de la ciudad. En esta plaza que es punto de encuentro de la ciudad, encontraréis, habitualmente, un único monumento en recuerdo a la Batalla de Vitoria (1813), clave en la Guerra de la Independencia. Decimos habitualmente porque si visitáis la ciudad a lo largo de este año, veréis un segundo monumento: el emblema green, una escultura vegetal con el nombre de la ciudad en musgo.
Esta plaza comunica, por un lado, con la plaza de España y, por otro lado, con el Casco Viejo de la ciudad, también conocido como la “almendra” medieval dada la forma de la red que conforman sus calles.
En el Casco Viejo os llamará la atención el nombre de sus calles que rememoran los antiguos gremios: Herrería, Cuchillería, Correría, Zapatería… Lo mejor para hacer por el Casco Viejo es pasear, dejaros atrapar por su magia y por su comercio. Pero… no podéis dejar de ver la Catedral Vieja o catedral de Santa María, llamada así porque Vitoria tiene dos catedrales, si bien es esta, la Vieja, la que aglutina todo el interés. Este templo de ensueño está inmerso en un complejo proceso de restauración y se puede visitar. ¡Espectacular! Como dato llamativo os contamos que esta catedral inspiró al mismísimo Ken Follett para escribir su libro Un mundo sin fin.


 
Y si necesitáis más dosis de cultura, os recomendamos que visitéis el museo de Arte Contemporáneo Artium.
¿Dónde comer?

 
Vitoria es una ciudad que invita a pasear pero también a disfrutar de su gastronomía. Por supuesto, no podéis iros de Vitoria sin probar unos buenos pintxos. En la calle Dato, calle peatonal que une la plaza de España con la estación de tren, encontraréis dos de los clásicos bares de pintxos de la ciudad: el Usokari, donde acertareis pidiendo lo que pidáis, y el Saburdi, donde os recomendamos el volován relleno de hongos. Y para que no se os atragante la comida… os recomendamos que acompañéis la comida con un buen o con un “zurito”, una cerveza pequeña, una buena opción.

Otro de los must  en cuanto a pintxos se refiere, es el Sagartoki, elegido como la mejor barra de España según la guía “Lo mejor de la gastronomía”, de donde no podéis salir sin haber probado, al menos, uno de sus pintxos. Si no sabéis cuáles pedir, os sugerimos que al menos uno sea el “huevo frito” que consiste en puré de patata deshidratada, yema de huevo y bacon, ¡delicioso!


  Y, cómo no, en Vitoria, también hay bares donde hacen tortillas de patata exquisitas pero si nos tenemos que quedar con uno, ese es el bar Deportivo Alavés, en la plaza de España, donde no os podéis perder el pintxo de tortilla manchada. A escasos dos minutos de la plaza de España, os recomendamos que vayáis al Toloño, el que es para muchos: el mejor bar de pintxos de Vitoria.



Si no os gusta experimentar fusiones de sabores y sois fieles a lo clásico… vuestro sitio es El Rincón de Luis Mari, donde “el serranito” os encantará. 

Además de ir probando los diferentes pintxos, también queremos recomendaros unos buenos restaurantes donde podréis homenajearos: el restaurante Matxete, ubicado en la plaza del mismo nombre. Aquí todo está rico pero si estáis indecisos… ¡decantaos por el milhojas de solomillo con foie y un Goxua de postre!
Para probar unos buenos chipirones en su tinta, id al restaurante Zabala y si lo que queréis es comida creativa, vuestro sitio es La Cocina de Plágaro, cuyo menú degustación no os dejará indiferentes.

Después del postre, toca tomar un café. Os recomendamos el bar Aldapa, otro clásico de la ciudad famoso por los cafés que preparan. Si no sabéis cuál elegir… ¡el capuchino no os decepcionará!


Y… ¿para bajar la comida? ¡Qué mejor que un buen paseo! Os recomendamos el mítico paseo de Vitoria que cada día hacen cientos de vitorianos: el Paseo de la Senda. Comenzando en el parque de la Florida y llegando a la Basílica de Armentia en media hora, disfrutaréis del paisaje y pasaréis por otros puntos emblemáticos de Vitoria: el palacio de Ajuria Enea (residencia oficial de el lehendakari), el parque del Prado y el estadio de fútbol de Mendizorroza hasta llegar al alto de Armentia.


 
¿Dónde dormir?

Si habéis roto recientemente el cerdito y no tenéis limitaciones de presupuesto, no dudéis en dormir en el NH Canciller Ayala, situado enfrente del parque de la Florida, su ubicación os permitirá recorrer muy cómodamente la ciudad. Otra opción es el hotel Ciudad de Vitoria, también de 4 estrellas y muy bien ubicado.

Si buscáis una opción más barata… ¡ahí van dos recomendaciones! El hotel Almoneda en la calle Florida o La Casa de los Arquillos, en plena balconada de la plaza de la Virgen Blanca.

En cualquier caso, si estáis planeando ir un fin de semana, no dejéis de mirar las ofertas Green Weekend que hay con motivo de la capitalidad verde europea de Vitoria en un montón de hoteles.

Souvenirs

Y si una vez hayáis “degustado” la ciudad en todos los sentidos, os quedaran ganas de más, optamos porque os llevéis algún souvenir perecedero. Ahora entenderéis lo de perecedero. Os recomendamos que huyáis de las tazas, imanes o postales y que optéis por, por ejemplo, algún recuerdo de Confituras Goya: una caja de Vasquitos y Nesquitas, una de trufas o unas piruletas (¡las de mora son deliciosas!). Hay ocho tiendas en la ciudad pero, sin duda, las más bonitas son las dos ubicadas en la calle Dato.

Y si sois más de salado, os sugerimos que entréis en Basterra, una tienda ubicada en la plaza de la Virgen Blanca, donde se os hará la boca agua con la presentación de sus productos y con las delicatessens que alberga. ¿La mejor opción? Un queso Idiazabal y un buen vino de Rioja Alavesa.



 
Pero si lo vuestro no es lo perecedero y sois más de recuerdos para conservar en el tiempo, nada mejor que una baraja española de Heraclio Fournier, elaboradas en Vitoria.




Podríamos seguir hablando muchas más cosas de Vitoria pero ahora queremos que seáis vosotras las que nos contéis… ¿habéis estado o tenéis pensado ir? Cualquier duda o recomendación que queráis, hacédnoslo saber.

Entre todos los comentarios sortearemos una bolsa de piruletas de Goya, unas piruletas “muy Petite”.

Have a nice weekend (plan)!!

Agradecimientos: Mimi 😉