Casarte. Con calma, de blanco. Con un moño de bailarina, con una sonrisa de oreja a oreja. Con algo de color, que nunca esta de mas. Unas sandalias de infarto, un novio enamorado, unos niños que enamoran.
Casarte. En un jardín de película, con unos arboles de cuento, rodeada de todos, de los que tienen que estar. De los que forman tu vida, de los que quieren que tengas ganas de celebrar ese día por todo lo alto.
Casarte. Cuidar lo detalles al máximo, como si en ellos estuviera la magia de todo, como si ellos fueran los guardianes de un día para no olvidar, como si recogieran cada sonrisa y se quedaran en la memoria de todos y cada uno de los invitados.
Casarte. Porque toca. Si, porque toca. Porque quemas una etapa y te apetece otra, porque toca cambiar de casa, porque toca compartir tarjetas de crédito, porque toca pasar las navidades juntos, porque toca compartir hasta el cepillo de dientes. Porque toca, pero porque quieres que toque, porque te apetece, porque te da la vida. Porque juntos, que toque lo que tenga que tocar.
Casarte. Y bailar, hasta que te duelan los pies. Sobre todo no parar, ni cuando te duelen los pies…
Y por supuesto, sonreír como si no pudieras ser mas feliz que en ese momento, porque así es, o porque así debería de ser.
Gracias Ale por querer salir en nuestra ventanita. Gracias Kiwo por transmitir tanto.
Fotos y video: Kiwo Estudio Creativo
Vestido: Navascués (Igual que los trajes de los niños) Zapatos: Christian Loubotin
Joyas: Mónica Berrocal Corona: Mimoki Maquillaje: Mac
Peluqueria: Sagoa (Ivan Molina, a quien conocemos de primera mano y no podemos recomendar más, es un crack)
Novio: Absolute Be Spoke
Flores: La Tartana Catering: Cinco Espacio: Casa Santonja
Una boda preciosa y una novia increíble