Se que hay muchas cosas pendientes de la boda. El vestido, la decoración, las flores, los detalles… Pero tengo tan reciente el viaje de novios que o hacía el post ahora o iba a ir olvidando ciertas cosas que no quería olvidar, así que con vuestro permiso reserve el mes de agosto para este post y a partir de septiembre seguimos con todo lo relacionado con la boda.
Nuestro viaje duró casi tres semanas y la elección del destino fue sencilla. Realmente todo nos parecía atractivo,pero hicimos uno de los planes que teníamos en la lista eliminando aquellos en los que, por temporalidad, no queríamos arriesgar. Queríamos terminar si o si en Bora Bora porque es de los pocos destinos que sabíamos, sería complicado más adelante y a partir de ahí; diseñamos.
Una de las cosas más importantes en un viaje en el que conoces ciudades tan diferentes y con temperaturas tan variables es hacer bien la maleta. Para mi, lo mas complicado, el neceser. Renuncié a mi champú y mi crema porque era inviable llevármelo y me llevé muestras de casi todo lo que podía como mi crema hidratante de decleor y alguna pasta de dientes para los aviones y los viajes largos.
Preparé dos neceseres, el que facturaba y el que no. Con mi perfume Narciso For her tuve suerte porque además de un formato pequeño de frasco normal, tengo otro miniatura que me servía para los aviones y para llevar siempre en el bolso.
Y por supuesto ,mis gafas, porque voy con lentillas a todas partes y había días en los que directamente no hacíamos noche por cambios horarios y mis ojos lo notaban y mucho. No me lleve nada de maquillaje, nada de nada. Solamente rimmel y un brillito rosa de labios de YSL que me encanta. Vamos, que es muy muy importante ser práctico, buscar envases que no corran el riesgo de abrirse y pensar que el espacio de las maletas no es tan grande como uno cree.
Empezamos en Las Vegas para hacer dos de las cosas que teníamos en la lista: casarnos y visitar el cañón de Colorado en helicóptero. Para casarnos contratamos online todo, así de emotivo (ja ja ja). Lo hicimos a través de la web Little White chapel y en función de lo que queráis gastaros las opciones son infinitas, eso si, se paga por absolutamente todo. Fue una experiencia super divertida y extraña en la que nos lo pasamos de lujo.
El cañón por su parte fue tal y como siempre habíamos imaginado: Espectacular, grandioso y super super especial. En este caso no se deciros la empresa con la que volamos porque fue a través de Anbu ( la agencia que contratamos para todo el viaje).
De ahí volamos a San Francisco donde pasamos dos días y aprovechamos para conocer la ciudad, los puntos mas turísticos y visitar Alcatraz (algo que nos apetecía muchísimo). Yo soy muy friki de visitar cosas conocidas e instagrameables, así que ya me había hecho una carpetita en instagram con sitios que quería visitar. Los bollos de mr holmes o una copa de Champagne en The Ridler estaban anotados. Eso si, en ningún momento nos marcamos nada en concreto, fuimos totalmente a disfrutar. De hecho, » perdimos» una tarde entera en un bar que tenia una terraza preciosa y una tienda de vinos en la que comprabas el que querías y lo disfrutabas fuera sin prisa ni presión. Maravilloso.
Creo que esto es precisamente lo que más me gustó de SF; poder disfrutarlo a pesar del poco tiempo que fuimos, con la calma del que cree conocer la ciudad de toda la vida.
Allí dormimos en el hotel Cliff que está muy bien situado y supongo que de ahí su fama pero que para nosotros, la calidad de las habitaciones no era demasiado buena.
El siguiente plan era Yosemite, pero por los incendios era posible encontrárnoslo cerrado o con un humo demasiado fuerte así que estuvimos un rato viendo opciones y decidimos visitar Lake Tahoe.
Es un lugar que sale en casi todos los libros que me gustan y tenia algo muy importante: Era muy de gente de allí.
La llegada al lago, por carreteras entre arboles altísimos que hasta bloqueaban al sol es de infarto y allí no tienes en ningún momento la sensación de estar en un sitio lleno de turistas. No hay miles de cámaras ni de grupos ni de nada, es un lugar de vacaciones para la gente de California y eso, se notaba. Aquí, como fue last minute, cogimos una habitación rápidamente en un hotel que resulto ser una pasada: Edgewood Tahoe.
Dos dias después pusimos rumbo a Carmel desde donde empezaría nuestra ruta hasta llegar a Los Angeles. En Carmel nos alojamos en el hotel Bernardus, que era, simplemente espectacular. El pueblo en si es muy pequeñito pero muy especial, por un lado tiene casitas de colores que son, literalmente, de cuento, y por otro una playa preciosa mezclada con la naturaleza a través de la cual hay un paseo larguísimo en el que puedes disfrutar de infinidad de casas espectaculares de esas que quitan el hipo. cada una diferente pero respetando esa arquitectura de cuento que las hace aun mas especiales. Clean Eastwood fue alcalde de Carmel, tiene varios ranchos por allí y dicen que es fácil encontrártelo. No tuvimos esa suerte, habrá que volver 😉
En nuestro camino a Los Angeles hicimos las típicas paradas de la mítica carretera 1: Bixby Bridge, Mc Way Falls, Los Alamos… En ese camino hay infinidad de puntos turísticos y siempre bien señalizados. Mi recomendación es que empecéis la ruta pronto para evitar muchos coches y paréis en los que realmente os apetezcan.
Antes de llegar a LA paramos dos noches en Santa Barbara. No se si conocéis al fotógrafo Slim Aaron pero ese sitio es estar como en una de sus fotos. Nos quedamos en el hotel Belmond el Encanto y lo que mas nos gusto fue lo poco turístico que era. Realmente allí va gente «de allí» que hace una escapada y eso se nota muchísimo en el ambiente, en la decoración, en la comida… Nos encantó.
Llegar a LA, es una odisea. Ya lo sabíamos porque habíamos estado allí anteriormente pero salid con mucho tiempo sobre todo si como nosotros, tenéis que coger un avión.
El destino final era Polynesia. Moríamos de ganas de estar allí y no defraudo. Nosotros dividimos la semana en dos hoteles diferentes, por varios motivos pero desde luego un acierto seguro ya que cada isla tiene una riqueza especial, una laguna diferente y cada hotel un estilo super personal. Los primeros días estuvimos en Le Tahaa y luego fuimos al Four Seasons. Para ello, hay que coger vuelos internos que duran unos 20 minutos.
Cada pareja es un mundo y cada viaje mas, pero os voy a dar algunos tips que para nosotros, fueron o habría sido importantes conocer, aunque son cosas que con las que realmente te encuentras en los viajes:
- El tiempo en la costa oeste es absolutamente impredecible. Fuimos de verano total y tuvimos que comprar algun jersey gordo. En SF los dos días pero luego, haciendo la ruta hasta Los Angeles, en cuestión de media hora pasabas de zonas de niebla tremendas a un sol que quemaba asi que es importante si váis en esta época, estar preparados para todo.
- En todos los hoteles en EEUU te piden un deposito inicial; en algunos sitios para cubrir las tasas y otros solamente para los posibles gastos. Nosotros en alguno lo pasamos faaaaatal porque no nos cogía ninguna tarjeta. De debito olvidaos y de crédito según les de. No admiten el deposito en cash y nadie tiene el pago mediante chip. Lo que nos ocurrió es que las bandas magnéticas de nuestras tarjetas estaban rayadas y no lo cogían.
- Mente super abierta: Cuando viajas tanto tiempo y a destinos tan diferentes, hay mil cosas que pueden salir del revés; la primera: la climatología. A nosotros en Bora Bora nos llovió bastante que por lo visto es algo bastante raro allí pero los dias son largos y al final consigues encontrar ratos para hacer de todo.
Haremos un post de como hice la maleta y que metí tanto de ropa como de productos (que nos preguntáis mucho como hice el neceser) pero de momento, con este pequeño resumen del viaje, sus hoteles y los pequeños tips para el mismo, ¿bien no?