La vida va de eso, de atreverse. Atreverse a salir, atreverse a disfrutar, atreverse a perder, a ganar. A reír, a llorar. Atreverse a arriesgar, atreverse a bailar, a apostar, a gritar, a soñar.
Si lo pensamos, probablemente todos los días tenemos que elegir varias veces entre esto o aquello y cada elección, hasta si comes pasta o ensalada responde a lo que necesitas en ese momento, a lo que te apetece, a si algo te condiciona, como por ejemplo la dieta, o si por el contrario llevas una semana de locos, no puedes mas, y tienes entre ceja y ceja la idea de que solamente un mc’donalds podrá salvar lo que queda de miércoles.
Sea como sea, atreverse forma parte de ti, de lo que eres y de lo que quieres llegar a ser.
En tu boda probablemente esta palabra este presente en un porcentaje más bien alto, porque aunque siempre quieres ser tu misma, buscas algo especial, que sorprenda. » Esa cosa por la que eres tu, y nadie más pero que no sacas a diario, sino que te has guardado para un día especial»
A la trenza, al semi recogido, a las transparencias, al lazo de color, al sombrero de paja…
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